Proyecto
Cuando el pasado domingo 26/12/04 anunciaron la terrible catástrofe del seismo marítimo en varios países del sudeste asiático, vino a mi un sentimiento de enorme tristeza, cuando empecé a recordar mi larga estancia a través de algunas de las zonas más afectadas como Indonesia, Tailandia, Malasia o India. Y más, cuando el calor y la gran acogida de sus gentes me hicieron aprender en primera persona el verdadero significado de la palabra bondad.Por citar solo algunos ejemplos: ese joven de Padang que me acogió en su pequeña casa junto a su familia, cuando me vio perdido en medio de la calle sin más interés que el de pasar unos momentos agradables con alguien procedente de una cultura tan diferente. O esos habitantes con sus mascotas junto al lago Maninjau, que me hicieron perder un autobús con la única intención de atenderme y mostrarme sus quehaceres diarios.
También ese grupo al que conocí en medio de la carretera con los que tras rasgar sus destrozadas guitarras y degustar su gastronomía local me dijeron una de esas frases de las que jamás me podré olvidar;
“Eres como Jesús, con tu largo pelo oscuro y aparecido al momento del más allá, nos has hecho compartir unos gratos momentos en compañía”.
Tras la frase les imprimí una fotografía con mi pequeña impresora digital y les puse en el destartalado televisor de su comercio el vídeo que les grabé mientras cantaban.
También esa familia de Pulau Siberut, que consiguió hacerme retroceder en el tiempo, con sus vivencias en medio de la nada, haciéndome sentir en lo que podríamos llamar el auténtico paraíso terrenal, junto a su pequeña choza próxima a la playa en la que caminando solo por la orilla, escuché las risas de unos pequeños jugueteando en el agua. Unos pequeños de los que hoy al revisar las fotografías de nuevo, me pregunto, ¿Qué habrá sido de ellos tras el tsunami?
Esos estudiantes de Bukkitingi que me acompañaron por unas rutas montañosas en su día festivo, con la única pretensión de saber algunas palabras y datos de mi procedencia.
….O ese señor en Bathusankar, que me recogió con su antigua motocicleta, para presentarme orgulloso a su hija y amigos ….
Como últimos ejemplos, los de esos críos con los que jugué al fútbol o esa familia que me acompaño en su camioneta a mi siguiente destino.
Todos los casos anteriores producidos únicamente en la isla de Sumatra, la zona más devastada por el desastre natural.
Me quedo pensando, mientras camino por una céntrica calle de Barcelona en plena época de Navidad, en el que la felicidad de las personas no se me contagia en absoluto al pensar que tengo que devolverles el favor prestado, se lo debo, se lo debemos. Ellos harían lo mismo sin dudarlo.
Dándole a la cabeza se me ocurre una simpática forma de ayuda sentado en la mesa de mi escritorio, mientras escucho el melódico tema “Stairway to Heaven”, de Led Zeppelin.
Quiero sacar sonrisas allí donde las hubo, donde me las mostraron y me las regalaron, y donde hoy solo hay lamentos por algo injusto, que hasta incluso podría haber sido predecido en mayor o menor medida.
Bien sabido es que las ayudas internacionales básicas llegaban, no sé si en su justa medida (a algunos países les costaba soltar un duro hasta que no se cercioraron de las consecuencias máximas producidas). Pero hay otro tipo de ayuda a la que quizás no se le da mucha importancia de momento y es la única que me planteo desde mi pequeño punto de vista particular, como es el compartir, alegrar y hacer olvidar. En especial a los más pequeños, que son los que más lo necesitan. Imaginaros solo por un momento, esos niños que vieron como sus hermanos quedaban atrás para el olvido, al no haber podido ser recogidos por los brazos de su madre durante la huída.Como siempre los más pequeños son los que lo han tenido más difícil para poder escapar.
Me remito ahora a la idea inicial:
Hace unos años conocí en Barcelona a un chico de Melbourne, que llego con la idea de distribuir unos masajes para la cabeza procedentes de aborígenes australianos. Recorriendo gran parte del norte de España, por algunas fiestas populares, comprobé el efecto que causaba a la gente, al insertarlo en sus cabezas.
Con mi idea de poder ganarme la vida con lo que más siento, que es la fotografía, retrataba a las personas en cuanto sonreían, con el objetivo de poder imprimirles al momento y sobre papel, un recuerdo eterno.
Tanto el aparejo, conocido vulgarmente como orgasmotron ( sacasonrisas, lo bauticé) como la impresora, fueron los principales elementos con los que quise partir en mi vuelta por el mundo, para darles uso.
¡La verdad! hasta el momento en el que los pude utilizar, me fueron de vital importancia para sacar sonrisas y regalar fotografías de la gente que me acompañaba, ayudaba o a los que visitaba…. Hasta que saliendo del pequeño pueblo de refugiados karen Padaung o mujeres de cuello largo, me caí en un río en el que me falleció tanto la cámara como la impresora, no sin antes darme una de las satisfacciones más grandes de mi vida, como fue el haber podido nuevamente sacar sonrisas y obsequiar imágenes a esos desfavorecidos, en el que el reflejo de sus enorme ojos de tristeza pasaron por unos momentos a ser alegres y esperanzadores.
¡¡¡La unión del aparejo y la impresora había funcionado a la perfección!!!!
La idea, a medida que avanzaba el tiempo, me hizo desarrollar un proyecto más ambicioso y global, con el objetivo de poder acercar más unas culturas a otras. Para eso se haría necesario idear una larga ruta con la intención de poder difundir esas historias humanas siempre con el propósito de ayuda y de sacar sonrisas allá por donde pase.
SACASONRISAS, nació ese fatídico día del desastre en el que alrededor de 200.000 personas perdieron la vida.
Por todos ellos
Alex
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En primer lugar se debe dejar claro, que no es del todo fácil llevar a cabo una serie de hechos, no demasiado habituales a día de hoy, como los que pretendo realizar, en el que para su desarrollo pleno, se deben renunciar a una serie de factores ligados a la sociedad que nos rodea, de los que no es sencillo desprenderse, como es el dejar a allegados y amigos por un periodo largo de tiempo.La fuerte motivación que me lleva a realizarlo, se podría decir que empezó varios años atrás cuando ya intuía algo. Fue en mi primer recorrido alrededor del mundo cuando empecé a desarrollar ese instinto tímido y oculto que ahora empieza a asomarse de cuerpo entero.
Los dos principales motivos personales para dicha realización son: el recorrer para dar a conocer, y el ayudar dentro del máximo de mis posibilidades.
En un principio, no es que me apoyara mucha gente, ni siquiera los más cercanos. Pero como todo en la vida requiere de constancia, seguimiento y aprendizaje, finalmente, supe transmitir esa necesidad con la que no defraudare a los que ya creen en mi y a los que espero se apunten en adelante.
Ya realicé parte de la idea inicial durante mi anterior viaje, cuando acudía a zonas desfavorecidas en el que regalaba fotografías a los niños y adultos a los que hacía sonreír en sitios diversos como en territorios de refugiados, hospitales infantiles, centro de rehabilitación por minas antipersonas, centros psiquiátricos, desfavorecidos que aparecen en el camino, etc.
Puedo asegurar asimismo, que otra de las motivaciones es la de recordar esos cortos instantes de agradecimientos de los seres a los que les tendí mi mano y a los que jamas olvidaré. En adelante, espero que sean muchos más los agradecimientos mutuos que me hagan sentir útil con algo en lo que me siento realmente cómodo.
En una ocasión me dijeron como podía renunciar a un futuro seguro mediante un hogar, pareja y descendencia. A lo que respondí;
“ Mi hogar será el mundo, mi pareja la sombra y mi descendencia todos esos pequeños con los que me cruce en el camino”
Y es que verdaderamente, nunca me dio por pensar en el futuro, pues al ser algo tan incierto no le doy casi nada de importancia. Solo pienso en el presente, y en algunas ocasiones en el pasado, para mejorar mi nuevo presente.
También se debe tener en cuenta mi gran pasión por la imagen, en busca de esos instantes precisos y pequeñas historias humanas, las cuales pretendo mostrar desde el punto de vista más fiel y real posible.
¡ UN, DOS, TRES … EMPEZAMOS !